viernes, 18 de junio de 2010

LA CULPA EN LA NEUROSIS OBSESIVA

Cuadro: El cristo de Dalí.

Freud nos llama la atención acerca de que la neurosis obsesiva puede ser confundida con la melancolía, en tanto, en la neurosis obsesiva se presenta el predominio de la culpabilidad y de los reproches, permaneciendo inconsciente el componente de satisfacción pulsional.

También puede ser confundido con un perverso sádico por la relación sádica que establece con el Otro, pero en realidad se defiende encerrándose en una armadura de hierro, para impedirse acceder a lo que Freud llama un horror que él mismo desconoce, un goce, una satisfacción libidinal, que él mismo desconoce.

Mientras que la culpabilidad del melancólico se refiere al otro con el cual se identifica, al cual juzga, condena y ejecuta, consumando su propio asesinato en el suicidio; la culpabilidad en el obsesivo se refiere a un goce consumado fantasmáticamente del cual se castiga sin llegar a la acción.

El melancólico se regodea cuando se acusa de ser culpable, quiere que todos lo sepan, lo dice ante otros, que se le reconozca como tal, ese es todo su afán, mientras que el obsesivo se siente culpable de algo que desconoce, de algo que no ha cometido, por eso llega a dudar acerca de si no será él el culpable del crimen cuya noticia lee en la prensa, incluso se acusa de la muerte de todos los muertos del cementerio más próximo a su casa.

Freud nos señala que el melancólico habla de un otro con el cual el sujeto ha tenido una fuerte relación, mientras que el obsesivo habla de una culpa que hay que despejar de su contenido y reconocer como cierta pues se trata de algo que ha cometido en su fantasía.


ADC. Los laberintos de la neurosis obsesiva.

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